martes, julio 04, 2006

Universidad. ¿Vocación o lo que digan los padres?

El entorno de mi infancia era ingenieril. Mi padre ingeniero... y los padres de mis amigos, también. Así que por asunto de las masas, casi todos queríamos estudiar ingeniería... yo quería estudiar computación, porque la niña que me gustaba... dijo "computación". Hoy en día mi sobrino está en esas... elegir qué estudiar... y me dice: "Ingeniería en Computación"... supongo que mi hermana o mi cuñado fueron quienes le dijieron que esa carrera existía... o sea, como concepto existe, pero como título de una carrera 90% de seguridad de que no, hoy se le llama Ingeniería Civil (o Ejecución) Informática.

Ya en el colegio, estaba claro que iría a la Universidad, ¿por qué?... porque jamás se habló de alguna otra alternativa... que no se estudie en la Universidad. Así que el asunto era ¿Qué?... al salir de 4to medio tenía claro que no era Informática, porque con eso ya lidiaba, la idea era estudiar algo nuevo y que me diera dinero para algunos proyectos que tenía en mente. Llegado el momento de postular, equivoqué el orden de postulación y me fui a la Univ. Técnica Federico Santa María, prestigiosa universidad por su exigencia y competitividad entre los alumnos, y donde estudiaban puros "nerds". No muy contento... asumí mi destino.

Así fui cursando cálculos, físicas, maratónicas carreras en Ed. Física, ramos electrónicos (primero ingresé a Ing. Civ. Eléctrica, pero como que vi que mi desempeño profesional sería algo aburrido, siguiendo pautas ya establecidas, así que me cambié a Ing. Civ. Electrónica). En tercer año tuve una crisis... en realidad fue como una alarma interna que me dijo: "Sabes?.. estás estudiando y estudiando... pero no estás viviendo". Así que me fui de carrete, comencé a fumar, tomar y pasarla bien. Para el año próximo comencé a tomar otras actividades, y sabiéndome de capacidades mentales limitadas (me refiero a que comparativamente hablando, tenía compañeros que no estudiaban y les iba excelente, así que tenían tiempo para carretear), asumí el riesgo de echarme ramos y atrasarme.

Después del 4to año, comencé a criticar lo que estaba recibiendo. Las materias, la metodología utilizada por los profesores, pero no por criticar, sino más bien como buscando alternativas que pudieran ofrecer una mejor entrega en la formación (en más de una oportunidad me vi haciendo o diciendo el loco sobre cosas "humanas" que alguno de mis compañeros no entendían).

Hoy estoy "titulado"... soy un Ing. Civ. Electrónico... y mi sobrino me pide información para él poder saber qué estudiar. Y mientras navegaba en la página Web de la Universidad, comencé a ver las mallas curriculares, los programas de estudios, los objetivos, etc... y me di cuenta que en general, no hacemos eso antes de postular y claro, no tenemos idea de lo que vamos a estudiar, no sabemos en qué consiste, qué aprenderemos, etc. Luego pensaba: Si le paso esto a mi sobrino, ¿entederá algo de todo esto?... tal vez a los orientadores vocacionales les falta esto... conocer. Recuerdo que una vez fui a uno en mi colegio y en resumidas cuentas me dijo algo como: ¿Cuánto quieres ganar?... pero no me dijo que trabajaría 9 horas al día, y que al salir el sol ya se esconde... y que por lo tanto, ese dinero que ganaría no sería suficiente para las cosas que tendría que mantener (TV Cable, Teléfono, Arriendo, Gastos Comunes, etc)...

¡Cómo quisiera poder haber decidido con lo que sé y siento ahora!... lo gratificante es que eligiría Ing. Civ. Electrónica, pero cambiaría el enfoque con el cual enfrenté mis estudios. Lo bueno, es que siempre estamos a tiempo de emprender nuevas cosas... ojalá que como padre no se me olvide entender que a veces hay riesgos que se deben correr.

Dicen que la vocación nace... yo creo que también se hace, de acuerdo a lo que elegimos ser, porque puede suceder que elijamos ser algo para lo cual no tenemos la vocación (curiosamente estos conceptos son como el "destino", salen a flote cuando las cosas ya ocurren, no cuando están por ocurrir, así que para mí son sólo "excusas").

2 comentarios:

Daniel dijo...

El tema vocacional es complicado, considerando que nadie puede tener realmente una vocación por algo que no conoce o realmente nunca ha conocido en ninguna forma... por ejemplo, hay gente que lo suyo es explorar cabernas, pero para que sepas que es lo tuyo, o tienes que vivir en una zona con muchas cavernas, o haberte enterado que siquiera es una alternativa de vida...

Por lo anterior, casi siempre o la familia (padres, tios) es quien te 'cuenta' cuales son las alternativas viables y 'deseables', o debes tener la suerte de que te topes accidentalemente con algo que te haga hacer click en tu cabeza...

Y aun así ¿Quien puede saber que es realemente ser un profesional X sin haber realmente recorrido el camino?

Lo mejor que puede pasar es estar muy seguro de lo que se quiere antes de partir una carrera, o tener mucha suerte y que la 'decisión' sea afortunada.

Y en general, dada la cantidad de factores dependiente de la suerte (destino o lo que sea) para poder decidir... yo diría que es un 80% cosa de suerte acertar la elección vocasional.

Suerte en tus proximas elecciones.

Anónimo dijo...

En nuestra vida académica todos de alguna forma buscamos y aspiramos a la autorrealización profesional, a detectar en nosotros mismos ésas aptitudes o talentos que nos identifican, gracias a esos talentos descubrimos ése lugar donde queremos llegar, el perfil que queremos alcanzar y la persona que queremos ser.
Pero también aquí cabe la pregunta: que es lo que nos limita o nos impide a que realicemos o alcancemos todos nuestros potenciales? Talvez el miedo a equivocarnos, los complejos, o el temor al fracaso con aquello que decidimos emprender, estudiar o investigar.
Y cuando tu haces referencia en que “ la vocación también se hace.”
recuerdo la frase de Machado en la que bien decía: “caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Dónde algunas personas en el “camino” o en el transcurrir de su vida se darán cuenta que cosas determinarán su “ser” independientemente de sus talentos, intereses, y aptitudes.

Saludos afectuosos: Mao.